
Exposición iconografica sobre los 200 años de la batalla de ayacucho
Desde la primera semana del mes de diciembre, puede observarse en el museo una selección de obras relacionadas con la conmemoración histórica del bicentenario de la Batalla de Ayacucho. El 9 de diciembre de 1824 fue inmortal en la historia, ya que se libró en la pequeña llanura de Ayacucho, a cientos de kilómetros de la ciudad de Lima, la más importante batalla de las guerras de independencia americana.
Participantes patriotas: 5780 combatientes comandados por el general Antonio José de Sucre, J. M. Córdova, J. de La Mar, A. Gamarra, G. Miller y F. Giraldo A. Participantes realistas: 9300, comandados por el virrey José de la Serna y el general José de Canterac. Sus efectos fueron decisivos sobre el conjunto de la guerra emancipadora del Perú y América, constituyendo así mismo en la última gran batalla de este histórico período.
La prisión del virrey y de 15 generales, 16 coroneles, 68 tenientes coroneles, 484 mayores; la baja de 2500 muertos y heridos; más de 2000 prisioneros de tropa y la dispersión del resto del ejército, es el saldo que la jornada arrojó contra el arrogante ejército realista del Perú. El ejército patriota reunido y formado laboriosamente por el Libertador, prácticamente de la nada, en los meses anteriores fueron conducidos, personalmente por él hasta Junín, donde lo dejó comandado por el excelente general Sucre; dotado de un flexible pero coherente plan estratégico, sellando así, la completa libertad de América Meridional.
Hasta el último momento, Bolívar tuvo que ver con el desarrollo de los acontecimientos tácticos que desembocaron en la victoria de Ayacucho. Así lo reconoce el general Sucre en la carta enviada al Libertador, dando el parte de victoria: “Está concluida la guerra, mi general y completa la libertad del Perú”.
En un párrafo de las cartas enviadas por el general Sucre al Libertador, se puede leer: “He creído una justicia, nombrar al general José María Córdova, sobre el campo de batalla, general de división y también a Jacinto Lara, por sus distinguidos servicios en la campaña. Córdova se ha portado divinamente, él ha decidido la batalla”.
En el fragor de la batalla, el general José María Córdova, lleno de patriotismo y valentía, impartió la orden: «División, les gritó a sus hombres, con la mejor de su voz, oscurecida por las órdenes a los alaridos: ¡al hombro las armas, a discreción, de frente, paso de vencedores»
El Congreso de Colombia, ascendió al general Antonio José de Sucre, a general jefe. El Libertador le otorgó el título de: “Gran mariscal de Ayacucho”. Las consecuencias presentadas, ganada la batalla fueron: una victoria decisiva del ejército libertador unido; firma de la capitulación de Ayacucho; y fin de las grandes campañas de emancipación en América del Sur.